Federico Reser: “En Volvo nos encontramos en un franco proceso de transición hacia la electromovilidad”
El Gerente de Volvo Trucks Argentina brindó su punto de vista de cara al proceso de electrificación que se está dando actualmente en la industria automotriz en general y que también abarca al transporte, área en la que la marca sueca ya tiene una gran experiencia en el desarrollo de camiones y buses 100% eléctricos e inclusive se prepara para el próximo paso, la conducción autónoma.
“En Volvo no paramos ni un instante. En mayo del año pasado lanzamos en Europa el segundo modelo eléctrico de la marca: el Volvo FE Electric. Tras el lanzamiento en abril de la versión FL, fue el turno de un FE diseñado para el transporte urbano, con un MMA de 27 toneladas y una autonomía que ronda los 200 km”, detalló y agregó: “En 2018, además, lanzamos el primer vehículo semi remolque 100% eléctrico y 100% autónomo, el futurista Vera, que no tiene cabina. Su nivel de automatización es 5, lo que significa que no tiene interacción alguna con un conductor. Nivel 4 es también un alto nivel automatización pero en entornos controlados. El 5 alude a entornos abiertos no controlados. Vera, que ya trabaja en el puerto de Gotemburgo, puede operar las 24 horas al día, a bajas velocidades y en rutas repetitivas. Puede conectarse a cualquier remolque estándar y es capaz de arrastrar cargas de hasta 32 toneladas”.
A pesar de estos avances, el directivo reconoció que aún quedan muchos aspectos a trabajar de cara a la meta final de lograr un transporte 100% sustentable, ya que para que eso suceda, la electricidad para cargar las baterías debe provenir de recursos renovables no contaminantes y todo este proceso debe acompañarse de políticas gubernamentales.
“La electromovilidad enfrenta desafíos muy puntuales y debemos ser muy precisos para establecer la fase en la que se encuentra y los obstáculos que deberá superar para iniciar otra etapa. Por un lado, si bien es cierto que el aporte de la electromovilidad al cuidado del medioambiente es innegable no se lo debe tomar en forma aislada. Debemos entenderlo, si o sí, en el marco de la matriz energética del país o región en el que el sistema pretenda desarrollarse. Esto porque mientras los vehículos de esta clase no emiten, si las fuentes de energía de la que se proveen no han avanzado hacia soluciones limpias, muy probablemente lo que se gane por un lado se perderá por el otro”, explicó Reser.
En ese sentido, como muchos otros fabricantes también lo vienen señalando, hay que enfocarse también en el desarrollo de la infraestructura de carga y de las baterías, tanto para que el uso de vehículos eléctricos se masifique como para lograr una mayor autonomía que le permitan abarcar no sólo aplicaciones urbanas, sino también de larga distancia.
“Otro aspecto que baña de realismo nuestras ensoñaciones es que la electromovilidad, con las soluciones actuales, sólo alcanza a ser eficiente a baja escala, es decir aplicada a distancias menores. Esto porque en tanto aumenta la cantidad de kilómetros a recorrer, se impone la necesidad de más estaciones de recarga, es decir que sube el nivel de demanda en materia de infraestructura y tecnología. Por ejemplo, con el nivel de desarrollo actual, es todo un desafío la elevación de la autonomía de la unidad en función, por un lado, de la disponibilidad de estaciones de recarga pero también en función de los bancos de batería dispuestos en cada vehículo, donde el peso tiende a aumentar a medida que se busca más autonomía”, reconoció el ejecutivo y completó su punto de vista, incluyendo la reglamentación de incentivos por parte de los gobiernos: “Por lo tanto, se necesita una estrategia integrada en la cual la electromovilidad sea parte de una planificación que incluya la descentralización de la producción energética, los sistemas de almacenamiento de la electricidad, los edificios eficientes, entre otros. No es, por lo tanto, tarea sólo de una marca, o de un gobierno. Deben involucrarse ambos, además de las terminales, los proveedores de energía eléctrica y de tecnología, los usuarios. Se necesita imperiosamente un trabajo en conjunto.
la electromovilidad, en materia urbana, está cada vez más cerca, pero en larga distancia y en transporte pesado, falta. La industria, en general, se enfrenta a la disyuntiva del huevo y la gallina: cuesta avanzar si no se bajan los costos y si no se avanza, en investigación y desarrollos, no se bajan los costos. Los costos bajaran también a la par de los volúmenes producidos, antes que esto suceda, para fomentar la electromovilidad es imprescindible hablar de incentivos fiscales para las empresas precursoras y de desgravámenes de derechos aduaneros”.
¿La electricidad marcará el fin del diésel? Para Reser, aún no, sino que este proceso sucederá de manera paulatina y mientras tanto, la compañía sigue trabajando en lograr la mayor eficiencia en sus vehículos equipados con motores de combustión.
“Aunque visualizamos claramente que el futuro pasa por la electromovilidad, el transporte basado en diesel ha aumentado su capacidad de carga por camión hasta en un 80%, con un ahorro del 40%. Contra eso también tenemos que competir. O sea, «el viejo» diesel, mientras tanto, nos pone la vara más alta. Ni hablar si se confrontan las soluciones basadas en gas, que también están en desarrollo. Pero, como el diesel, el gas también es finito. La electricidad, en tanto, puede ser creada de distintas maneras y en forma ilimitada pero, por ahora, todavía no se debate lo suficiente, sobre cuál es el destino final de las baterías. ¿Se ve la complejidad del problema? Otra vez, se hace imperiosa la concurrencia de distintos actores. En Volvo nos hacemos responsables de las baterías de todos los vehículos eléctricos que comercializamos y hoy las mismas tienen una segunda vida útil y se utilizan para almacenar energía en edificios de construcción”, indicó.
A manera de conclusión, Reser sintetizó la estrategia y los objetivos de la marca sueca de cara a los próximos años: “En Volvo nos encontramos en un franco proceso de transición hacia la electromovilidad, o lo que es lo mismo, hacia el desarrollo de una flota totalmente eléctrica que dé forma, en el futuro, a un nuevo paradigma de transporte: más silencioso, más limpio y más sostenible”.