Volvo presentó el primer camión autónomo desarrollado en América Latina
Los importantes avances en conducción autónoma se dan no sólo en Europa, Asia o Estados Unidos, sino también a nivel regional. Volvo es una de las marcas que encabeza esta revolución tecnológica y así como desarrolló en Suecia un camión para recolección de residuos (ver nota), en Brasil presentó un VM 6×4 pensado para trabajar en la cosecha de las plantaciones de caña de azúcar.
La unidad cuenta con un sistema compuesto por dos antenas GPS de alta precisión (GNSS y RTK –Real Time Kinetic-, por sus siglas en inglés), parte del sistema VDS (Volvo Dynamic Steering, que controla la dirección), dos giroscopios de alta sensibilidad y una pantalla ubicada en la cabina del camión para interactuar con el conductor. Además, el vehículo equipa neumáticos de alta flotación, similares a los de aplicación agrícola.
Después de que el mapa digital del área de cosecha es insertada en la computadora del camión, el dispositivo reconoce las líneas de la plantación sin pasar por arriba de los brotes. Es como una suerte de piloto automático con una precisión de 2,5 centímetros en la dirección, algo que no podría lograr una persona. El papel del conductor es sólo dirigir el vehículo hasta el comienzo de la línea en el cultivo y luego retirarlo de la plantación para hacer el trasbordo al ingenio azucarero.
«Es un sistema muy avanzado, desarrollado a partir de tecnologías ya disponibles comercialmente en la gama de la marca para aumentar la eficiencia de la operación de trasbordo de caña», señaló Gilberto Ribas, Vicepresidente de Ingeniería del Grupo Volvo América Latina.
La ventaja de contar con este dispositivo es que, además de un aumento en la productividad -pudiendo operarse las 24 horas del día, siete días a la semana- es que de esta manera, se evita en un 4% el pisoteo de los brotes, un problema que afecta al 12% de la producción anual de caña de azúcar.
El Volvo VM Autonomous fue desarrollado en la planta que la marca sueca posee en Curitiba, junto con técnicos especializados en este tipo de cultivos y se estima que la tecnología de conducción autónoma podría estar disponible dentro de dos o tres años. De hecho, ya se hicieron pruebas en los campos de la Usina Santa Terezinha, uno de los mayores productores de azúcar del país vecino.